Hace aproximadamente una década las empresas colombianas vienen migrando hacia la implementación de prácticas amigables con el medio ambiente, tras entender que no es posible ser rentable si no se es responsable con el consumo de los recursos naturales.
Con actividades que van desde el reciclaje, pasando por la siembra de árboles y los empaques verdes, hasta estrategias integrales para reducir el consumo energético, cuidar el agua y desechar adecuadamente los productos que ya no son útiles, tanto empresarios como consumidores han entrado en la onda verde, cuyo objetivo es luchar contra el calentamiento global y asegurar un futuro a las nuevas generaciones.
De esta forma, la producción limpia se perfila como la estrategia más efectiva para estrechar vínculos con los consumidores, reducir costos y fortalecer la reputación corporativa.
Las experiencias en productos verdes y consumo responsable son permanentes en todos los sectores: construcción, vehículos, flores y cosméticos, para mencionar algunos casos.
En la construcción, por ejemplo, se fomenta el diseño sostenible y el uso de materiales amigables con el medio ambiente, como techos verdes, sistemas de reciclaje de agua e iluminación natural, entre otros. Además, se han desarrollado requisitos específicos para proteger la salud y bienestar de los ocupantes de los edificios.
Sistemas como la Certificación Leed de Estados Unidos, o el HQE de Francia se han convertido en herramientas importantes que fomentan y premian la responsabilidad social y medioambiental y, a lo largo de la última década, se ha producido un rápido incremento en el número de métodos de cálculo, herramientas, etiquetas y certificados.
En el sector floricultor se destacan los avances en los cultivos de flores por propiciar un mejor entorno para los trabajadores, mediante el uso de fertilizantes menos nocivos para la salud y mejores prácticas de manejo de cultivos, y la certificación Florverde, creada por Asocolflores para promover la floricultura sostenible.
